Seglares Salesios
“Toda comunidad Salesia es “educada por el amor y por la libertad, y vive educando en el amor y en la libertad” (RdV #170).
El Capítulo General es signo de la comunión que anima y construye el Instituto en la Iglesia (RdV # 105). El XIV Capítulo General de 1999 dio impulso a hacer realidad el sueño del Fundador: compartir la experiencia de Dios con los fieles laicos cristianos.
Objetivo
Compartir con los seglares la espiritualidad y carisma salesio, por medio de convivencias, encuentros, retiros, charlas, celebraciones, para que conozcan, acojan y testimonien con gozo los valores esenciales de nuestra identidad salesia.
Compartir y colaborar con los laicos
Partícipes de la vocación universal a la santidad, de acuerdo al espíritu de san Francisco de Sales, compartimos con los fieles laicos la misión de la Iglesia: ser “testigos del Señor resucitado en toda situación y en todo lugar”.
Respetando la identidad y originalidad de cada vocación, nos abrimos a un fecundo intercambio de dones para crecer junto a ellos y realizar el ideal educativo apostólico de nuestro carisma.
Es compromiso de cada una de nosotras transmitir el espíritu salesio, para que pueda continuar resplandeciendo en el “jardín de la Iglesia” (RdV # 176).
La salesia está llamada a dar espacio a los seglares y aceptar de ellos la mayor colaboración posible; es urgente ampliar y cualificar su participación en los diferentes ámbitos educativos de nuestra misión para crecer juntos, esto implica paciencia en la escucha y disponibilidad para infundir confianza y esperanza. (Doc. Final del XVI Capítulo general, 1999).
Pertenecen al grupo de seglares Salesios cooperadores sin fines de lucro, miembros de la Iglesia que, en fidelidad a las enseñanzas del Evangelio, trabajan por el bien de la comunidad eclesial para que el Reino se extienda por todas partes, de acuerdo a su estado de vida, tiempo y posibilidades.
Los seglares salesios hacen de su familia una comunidad de fe, esperanza y caridad; contribuyen al crecimiento humano y cristiano de ella; fomentan el diálogo, el afecto mutuo y la oración en común; son generosos y colaboradores; no escatiman esfuerzo alguno, cuando se trata de ayudar a otros hermanos que necesitan de su servicio, motivados por el carisma: “Todo a todos en la caridad”.